Si realizas ejercicios para mejorar la postura verás cómo rápidamente van desapareciendo las molestias y te sientes mejor.
Siéntate adecuadamente:
si pasas largas horas sentado en una misma posición, lo ideal es que cada cierto tiempo, una o dos horas, te des una vuelta y relajes el cuerpo, pero siempre debes aprender a sentarte bien: con la espalda apoyada en la silla, sin doblar demasiado el cuello, y con las rodillas perpendiculares al piso, en una silla que se adapte a tu altura.
Realiza ejercicios de inclinación: las inclinaciones pélvicas fortalecen el área de la base de tu espalda, caderas y abdomen. Recuéstate en el suelo, pon las manos en las caderas y eleva las piernas, hasta que quedes apoyando solamente tu cuello. También puedes doblar una rodilla 90 grados con el piel en el suelo. Empuja las caderas hacia delante y repite con la otra pierna. Así tendrás tus músculos completamente relajados.
Fortalece tu espalda: es necesario fortalecer la mitad de la espalda para ayudar a mantener la columna alineada. Párate derecho con los brazos a los lados. Levanta los brazos, apretando los músculos entre los omóplatos. Hazlo por cinco segundos y repite cinco veces más. Puede que al principio sea doloroso, pero puedes bajar los brazos un poco y no dejes de hacerlo, ya que en pocos días disminuirá tu dolor y te sentirás mejor.
Estírate: al estar un rato en la misma postura, sentados por ejemplo, nuestros músculos se vuelven rígidos y nos comienza a doler todo el cuerpo. Estira tu espalda manteniendo los brazos rectos hacia fuera, lo más que puedas, y luego llega lentamente a juntar las manos. Hazlo tres veces.
Haz yoga: las posiciones de yoga reducen el dolor de espalda, porque el yoga es una buena disciplina para mejorar la fuerza y la flexibilidad corporal. Puede ser de gran ayuda para corregir tus problemas posturales. Debes partir con los ejercicios más simples y, a medida que estés más flexible, podrás ir incrementando la dificultad.